Foro 1 – Semana 1 (Septiembre 14 al 19) ¿Cuándo un niño necesita un acompañante en aula (sombra o apoyo)?

Presentación

En conversaciones con docentes, orientadores y personas que hacen acompañamiento, se encuentra siempre una tensión entre la necesidad de vinculación de otra persona al aula para que apoye el proceso de un niño que parece tener especial dificultad para acercarse a las formas convencionales de acceder al conocimiento o las relaciones sociales, y no hacerlo por las dificultades para organizar el trabajo que se haría en específico y la ubicación de las funciones que cada uno de los actores cumpliría en el proceso. Este primer momento pregunta por las condiciones que definirían la necesidad de un tercero en el aula como apoyo “al niño”.


26 respuestas a “Foro 1 – Semana 1 (Septiembre 14 al 19) ¿Cuándo un niño necesita un acompañante en aula (sombra o apoyo)?

  1. Estimados participantes y lectores del Foro Virtual: “Acompañante (apoyo o sombra) en el espacio escolar, tensiones y posibilidades”, organizado por la Línea Inclusiones y segregaciones en educación. Contraexperiencias de La Antena Infancia y Juventud de Bogotá. Finalizadas las tres semanas previstas para esta actividad, que nos convocó a pensar sobre un tema que continúa siendo para debate; les agradecemos por su participación y difusión. A fin de octubre, estaremos compartiéndoles una reseña de lo que ha sido los intercambios.

    Este es el primer Foro que hemos lanzado, auguramos poner a rodar otros temas para conversarlos en estos espacios. Asimismo, los invitamos, como siempre, a visitar nuestra página infanciayjuventud.co

    ¡Hasta pronto!

    Línea Inclusiones y segregaciones en educación. Contraexperiencias.
    La Antena Infancia y Juventud de Bogotá.

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  2. Buenos días: interesantes contribuciones. Hace varios años tuve noticia de esta figura de “la sombra” por un educador sorprendido por el modo de presencia e intervención de un terapeuta en relación con un niño de quien era su sombra. Se trataba de un niño con autismo; para el educador era molesto el modo de acompañamiento porque en su concepto allí se operaba una especie de “domesticación” que él no comprendía y de la cual no formaba parte . Creo que esto es importante porque la tendencia a estandarizar por la vía de los manuales o los protocolos, según se trate del campo de la educación o el de la salud, que como plantea Lilian Caicedo es una cuestión que forma parte del tema al que nos convoca a este foro en el punto en que cuando se implementa la política a través de estos instrumentos, es difícil que se incluya la singularidad de la dificultad de un niño, de un joven en la escuela y resulta muchas veces impuesto tanto al niño, a su familia como al maestro el momento, la condición y el modo de presencia de una sombra en el aula. Un ejemplo de estas implicaciones está en el texto que Miguel Gutiérrez publica en esta web sobre el reciente debate sobre el establecimiento de un protocolo para personas con TDA, cuestión especialmente sensible hoy en los dos campo a los que me he referido y sus relaciones.

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  3. Cordial saludo. Soy profesor y la realidad que se vive en las instituciones educativas es la incapacidad de los docentes para asumir la gran mayoría de niños con alguna necesidad especial. Existe la disposición para hacerlo pero un gran desconocimiento para realizarlo. Un acompañamiento terapéutico facilita enormemente el progreso del niño o del joven con alguna dificultad (tea, down, parálisis, etc).

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  4. En mi opinion, todos nuestros esfuezos como comunidad y sociedad deben estar orientados a construir el mejor camino para los niños con ecesidades especiales, es este caso TEA, y asi lograr una sociedad mas inclusiva y humana.
    Asi las cosas, creo que la necesidad de acompañante o apoyo terapeutico en el aula escolar (No SOMBRA) esta determinado por: 1. El grado de funcionalidad, comunicacion, independencia y comorbilidades asociadas del niño con TEA.
    2.Las condiciones de la institucion educativa. Es decir: tamaño de los grupos , presencia de docente de apoyo para el docente titular(pues en un aula puede encontrarse mas de un niño con necesidades especiales, no necesariamente TEA) , experiencia en inclusion, conocimiento sobre adaptacion curri cular, conocimiento sobre TEA, adaptacion del entorno a las necesidades sensoriales de los niños con TEA, conocimiento sobre empleo de agendas visuales, metodos de comunicacion alternativa, estrategias para acceder a la atencion de los niños y lograr el aprendizaje efectivo, estrategias para modular la conducta cuando es necesario, estrategias para sensibilizar a los otros niños y posibilitar la comunicacion entre estos y el niño con TEA , prevenir el matoneo o detectarlo oportunamente y actuar adecuadamente.
    La realidad de nuestras instituciones educativas es que a pesar de la buena voluntad de algunas, no se cuenta con esto. De tal modo que el AQUI y AHORA, muestra que en algunos casos SI se requiere el apoyo terapeutico en el aula, entendiendo este como un puente entre en niño y el entorno escolar, para apoyar y facilitar el proceso, estableciendo roles y metas claras desde el inicio y SIN OLVIDAR que la meta es trabajar con el sistema educativo y de salud, para lograr un VERDADERO proceso inclusivo para los niños con TEA.

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    1. Estimada Dra Tole. Es largo el camino a recorrer y creó que sus explicaciones agregan elementos fundamentales a se considerados para el establecimiento de políticas y directrices para el manejo de la inclusión en el aula regular.

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  5. Cordial saludo para todos. primero considero de gran importancia y agradezco generar estos espacios para tratar temas tan importantes como este ¿Cuándo un niño necesita un acompañante en aula (sombra o apoyo)?”.
    En mi opinión considero necesario determinar por que y para que el apoyo, pues sin hablamos de un estudiante que requiere de apoyos pedagógicos específicos, considero que estos se deben dar desde la escuela acompañado de los ajustes que se necesiten con el fin que alumno aprenda de acuerdo a sus necesidades y capacidades, creo que vale pensar ir un poco mas allá de las necesidades del alumno y es que se debe facilitar al maestro las herramientas necesarias para dar respuesta a una población diversa; un docente de apoyo o auxiliar pedagógico, nunca una sombra (en mi opinión), un sistema de comunicación aumentativa y alternativa, un tablero inteligente, entre otras son de gran ayuda para un maestro y por supuesto para los alumnos que requieren de apoyos específicos.
    Distinto es cuando un alumno por una condición especifica necesite de un apoyo de un profesional de la salud, cuyo rol sea especifico para esta situación y en ningún caso reemplace al apoyo pedagógico,recordemos que a la escuela de va a aprender. Desde mi experiencia personal considero que lo que un niño (a) o joven, aprende en un entorno natural, empezando por el respeto y el reconocimiento como sujeto de derechos, no se logra con ningún proceso de rehabilitación.

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  6. Los comentarios de María Margarita y de Lourdes, traducen, me parece, de una manera clara algunos de los aspectos involucrados en la posibilidad de que un pequeño cuente con alguien en un momento y lugar («Alguien en algún lugar» es el Título del libro de Donna Williams; escritora que testimonia de su vida con autismo) que haga las veces de un facilitador de conexión o enlace con el Otro, porque es esto de lo que sufre, de su dificultad para relacionarse con el otro. La Escuela es el escenario por excelencia para que esta relación se materialice, para que determine de alguna manera la forma en que se definirá. En este sentido entiendo lo planteado por María Margarita porque es necesario tener clara la lógica en que se fundamenta y se despliega el proceso pedagógico. Todos hemos pasado por la experiencia de saber que cuando una enseñanza se logra es porque ha sucedido un verdadero encuentro entre dos personas; cuando erigimos a alguien como «mi maestro» es porque algo de él hizo vibrar de una manera inolvidable la tecla de mi deseo, iluminó o inspiró algo en mi que me era opaco, y que no se logra explicar o reducir por la calidad o cantidad de saber que poseía. Creo que todos podemos dar cuenta de esto en nuestras experiencias personales: el maestro inolvidable!. Pues bien, pienso que aquellos que encarnan de una u otra manera la diferencia radical en el ámbito escolar, no es distinto. Se trata de poder brindarles la posibilidad de un encuentro verdadero, y esto, aunque no puede anticiparse ni garantizarse, puede favorecerse. El que acompaña a un pequeño en la noble tarea de abrirle la posibilidad de conectarse con el Otro, debe él mismo ser dócil a este encuentro. Por eso no podemos pensar que se trata de alguien que sabe mucho o que es un experto en tal o cual padecimiento; puesto que la experticia enmudece al niño, no toma en cuenta las consecuencias de su sufrimiento, aplasta el deseo, si lo hay, de querer saber de ese niño en particular que es verdaderamente el que interesa. Muchas veces retrocedemos a entender la lógica propia del niño, su propio padecimiento en nombre de saberes que lo masifican y no lo acogen en su singularidad. Creo en este sentido que hay que hacer prevalecer el momento por el que está atravesando el niño, los modos que ha encontrado para vivir entre otros y apoyarnos en esto para ampliar sus maneras y tratar de hacerlas coincidir en algún punto con la vida con otros. Por eso el díálogo permanente alrededor de un vacío o de un enigma que representa el niño es lo que nos puede ayudar a entender que no tenemos las verdades y que solo podremos ayudar o facilitar si somos dóciles a entender por lo que el niño está atravesando. Por eso hay que hablar desde los límites del saber de cada uno y no desde el saber acumulado que tenemos, es en ese límite donde podremos acoger al niño y su singularidad. Los educadores son fundamentales en esta labor. Muchos de ellos, se interesan por pensar los modos en que, para cada niño, se puede abrir la oportunidad de saber, de aprender; y esto para cualquier niño es fundamental. Es verdad, como dice María Margarita, que la realidad de nuestros país restringe fuertemente la posibilidad de pensar en cada niño, pero, es un hecho, existen los educadores que contrarían los protocolos y acogen la diferencia; y cada acto pedagógico que realizan con los niños, por definición, es inclusivo. Volviendo entonces a la pregunta del Foro: ¿Cuándo? Pienso que se trata de ese momento en que aún, un niño, a pesar de sus grandes esfuerzos, no ha encontrado ciertas claves para establecer puntos de encuentro con el otro, ese momento en que el otro aún inquieta, angustia, asusta, pero hay muestras de un un movimiento de deseo por acercarse de alguna manera al otro, que aún, no se encuentra. El apoyo parece ser ahí muy importante. Alguien en quien apoyar las invenciones que el niño va produciendo en su trabajo. Y repito, se requiere ganas, docilidad y mucha humildad para encargarse de esta gran labor; además de un intercambio permanente con todos aquellos que aceptan el compromiso con entusiasmo.

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  7. Margarita: Los acompañantes o sombras son una realidad. En la escuela donde trabajo esta figura hace su presencia en nuestra escuela distrital estraro 1 y 2 desde hace más de tres años. Aparecieron en el contexto escolar, mandados por el sector salud a través de empresas con ánimo de lucro que ayudaron a padres y madres de familia através de tutelas para solicitar un «ayudante» que a través de éste permita entrar a un niño con necesidades educativas permanentes sin ningún tipo de reparo en una escuela «inclusiva» ya que tiene su acompañante. Los maestros y maestras no tienen reparo porque creen que estos acompañantes son los responsables directos del menor y así podrán estar en el aula con otros estudiantes sin que sea un trabajo adicional tan intenso como podría ser, si el menor estuviera solo, con las condiciones que se manejan en las escuelas públicas: Aulas con numerosos estudiantes, poco recursos didácticos, poca formación, factores asociados de la población que en muchos de los casos marcan los posibles desarrollos de los niños, etc.
    Estas figuras de acompañantes o sombras, tienen unas formas específicas de actuación, venidas de un órden de tipo médico y terapéutico, reciben directrices del que hacer en el aula directamente de su empresa de la cuales son trabajadoras. Las posibilidades de negociación de saberes entre estos terapéutas y las maestras ha sido casi nula, pues las maestras no son sus jefes ni sus responsables y desde el tipo de disciplina que se desempeñan pareciera que en su mente consideran la pedagogía como un arte menor. Muchas veces hemos tenido discusiones muy desgastadoras porque muchas de estas «sombras» no creen que su labor tenga algo que ver con la pedagogía y las maestras y sobre todo los niños con neep (sus clientes) han tenido que sufrir rigurosas sesiones de entrenamiento para intentar adaptar al niño con neep a la «normalidad». No hemos podido encontrar un punto en el que podamos compartir criterios. A nivel institucional las directivas no se han preguntado por esta figura y pese a que en muchas ocasiones las intervenciones de estas sombras pueden reñir con los sentidos de las acciones pedagógicas, pareciera que no les importara y por ello no ha sido posible, pese a algunos efuerzos para construir criterios conjuntos desde un marco y un ambiente que es educativo y pedagógico.
    Este debate a penas comienza y es necesario empezar a hablar de este asunto, y por ello valoro tanto este foro.
    En las experiencias educativas y pedagógicas inclusivas que se desarrollan en el mundo se habla de la necesidad de que existan diversos apoyos en las aulas regulares para la inclusión. Esto pareciera que no es el debate. No es dejar a maestro o maestra solo con el tema de la inclusión. El asunto es cómo y de qué manera los apoyos que se hacen necesarios y urgentes sobre todo en países tercermundistas como el nuestro – en el que nuestros niños con neep no han contado con atención educativa y de salud temprana- pueden ponerse a tono en un contexto escolar en beneficio del desarrollo de nuestros estudiantes. Cómo los apoyos necesarios y urgentes en nuestra escuelas nos ponemos de acuerdo para transformar la institución para las diversidades y cómo de una vez por toda dejamos de entrenar niños para que se acomoden, muchas veces a instituciones tradicionalistas que con buenas intenciones de incluir pueden convertirse, sino se piensa y actúa con sentido, en espacios de aparente inclusión, que en el fondo pueden ser las que ayudan a perpetuar las condiciones de la segregación.

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  8. Las personas que hacen el papel de «sombra» son muy importantes. Generalmente es un psicólogo o educador especial ya que es alguien que tiene conocimientos de la discapacidad del niño, además de conocimientos en aprendizaje y procesos mentales. Un profesor que se encarga de por lo menos 20 niños a la vez, no puede detenerse demasiado en uno solo pues el resto se desordenarían demasiado y se pierde el control de la sesión. El ayudante está para asistir en el proceso educativo del estudiante en cuestión, de manera personalizada sin privarle de la experiencia del aula. Si el niño empieza a tener resultados favorables y parece comprender a la misma velocidad que los demás y empieza a desempeñarse al mismo ritmo, se puede mirar la posibilidad de terminar la asistencia. Para eso se hacen nuevas evaluaciones en las áreas de aprendizaje y sobretodo en la velocidad de procesamiento, memoria y seguimiento de instrucciones que son las más importantes en las sesiones académicas en un colegio.

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  9. Primero que todo me gustaria saber como poder participar dentro del foro.
    Estoy completamebte de acuerdi de utiluzar a una persona como acompañante dentro del aula de clase y en la esfera escolar. Lo que considero necesario es estructurar el concepto de ese ayudador. Quien deberia ser un profesional educativo. Con conocimientos pedagogicos y de aprendizaje.logrando su participacion como gestor de cambio, ayuda.y facilitador del estudiante y del educador. Cambiando su rol de ser solo una sombra. .modelo del facilitador o asistente educativo.

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    1. Buenos días Maxima Linero. La propuesta es acercar una reflexión, un comentario, así como lo has hecho y también intercambiar con los demás participantes.
      Hemos organizado el Foro con tres preguntas, una por semana; preguntas que creemos que abordan parte de la temática del lugar del acompañante en el espacio escolar. Tú nos compartes una idea en relación a ¿Cuándo un niño necesita un acompañante en el aula? Y también nos adelantas algo en relación a la formación que esta figura debería tener. ¡Te animamos a seguir participando así como al resto de personas que lo han ido haciendo hasta ahora!

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  10. La intervención de Mary, que como bien lo dice, siempre se requiere de reconocer particularidades de cada caso, sin embargo me lleva a una pregunta ¿para quién es el acompañante? Recientemente en un colegio de Bosa, me explicaban que tienen «acompañante asistencial», es una enfermera asignada por el hospital de la localidad para este colegio que alberga a varios niños con discapacidad motriz asociada también a otras condiciones, esta acompañante cumple funciones de asistencia en el aseo, comida (por ej.) y la maestra en estos casos siempre se hace cargo del proceso pedagógico. Pero en otros casos se solicita este apoyo para ejercer también esta labor pedagógica, y la o el profesional de educación no se encarga del proceso más allá de la presencia y seguimiento. Me parece que habría que pensar en qué momento se requiere este apoyo y si este apoyo es para «normalizar al niño» de tal manera que no se sienta en el aula (una acción centrada en el colegio) o para acceder a unas posibilidades del trabajo con este niño desde su singularidad (que quizá no sea la estructura deseada).

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  11. Buenas tardes, soy Terapeuta considero de gran necesidad la creación de estos espacios para poder compartir entre todos sobre un tema como el del Agente de Inclusión Escolar y de Vida Social que actualmente está siendo contemplado con mayor frecuencia dentro de los procesos de educación inclusiva.El como,cuando y por que se plantea el Agente de Acompañamiento considero debe estar únicamente relacionado con las necesidades de cada niño, con las necesidades y exigencias desde el ámbito educativo teniendo en cuenta cada uno de los modelos en los que se va a participar lo que en muchos casos hace la diferencia y por supuesto las necesidades de la familia. El Acompañamiento debe convertirse en un servidor y apoyo de los niños al interior de aulas y los centros educativos , se debe realizar un permanente consenso con los maestros y ser planteado como un proceso transitorio. La propuesta de la figura del acompañamiento en la mayoría de los casos es solicitada por los centros educativos y en unos pocos por las familias , están contemplados por el área de salud, hasta hace poco tiempo por el sistema de seguridad social o a nivel particular.

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  12. Buenas tardes, considero que en la institucion educativa debe haber un psicólogo o psicopedagogo acompañante durante un tiempo previo a la vinculación del niño o niña al aula y durant,e como observador inicialmente y como implementador de políticas de convivencia en el ámbito escolar para el colectivo institucional. Entre otras condiciones es importante implementar estos acompañamientos para evitar el matoneo y la discriminación de cualquier niño durante las horas de recreación.

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  13. Participo con interés en este Foro a partir de una primera consideración: La pregunta ya implica un cierto acuerdo de quienes están concernidos, incluyendo al niño, el primero por supuesto! Esto permite tejer una red de varios en la cual el acompañamiento está inscrito dentro de la orientación de dicho trabajo; debe responder a esta lógica; el acompañamiento así entendido debe ser valorado a partir del encuentro entre quienes pueden permitir que alguien pueda cruzar la entrada a ese escenario vital que es la experiencia escolar. y para eso pienso que se requiere deponer las verdades absolutas, el saber consolidado, las certidumbres y los prejuicios.

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    1. A-compañar, tal vez, entendido como una apertura al sujeto a un nuevo compás, el de la institución, encontrando lugar al deseo, sin apabullar o domesticar.
      La pregunta es cuando darle inicio y cuándo terminar.

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  14. Buenas noches. La pregunta es interesante como complicada, las palabras como términos tienen su propia definición, pero en la practica la realidad es otra… «esto es algo que como que todos saben que es pero no como se usa» no hay nada de claridad y con mucha facilidad se pasa del apoyo al no dejar Ser… al suplir y depender o en casos peores a suplantar roles y figuras: me refiero al rol del maestro y de los padres.
    Ademas me preocupa el imaginario social que se esta tratando de cambiar y cómo logramos esto si el común de la gente esta viendo a los niños en situación de discapacidad acompañados de enfermeras en el colegio o sus casas… perpetuamos el concepto de que la persona discapacitada es «enferma»?… Gracias

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  15. Un aula no esta preparada para recibir la diversidad, un ambiente mas amplio quizas si, por lo tanto, teniendo en cuenta que todo educa, es indispensable generar, manipular, administrar, abordar, entre otros, contextos reales de uso de la ciudad; por otro lado, no seria el maestro el orientador, habria un conglomerado de sujetos y actores aportantes al proceso de crecer viviendo y vivir creciendo.

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  16. Hola a todos. Muy importante este debate. La precisión que aporta Lilian Caicedo respecto a la implementación de las ayudas por parte del estado es fundamental.
    El aporte de Mónica Alexandra Cortés nos permite entrever que esta solución, el apoyo en el aula, no puede ser estandarizada, requiere una valoración caso por caso y una elaboración de una estrategia de la inclusión, (del niño y del acompañante), de tal modo en que la convivencia del conjunto (también el maestro) se beneficie de la experiencia, evitando la vivencia de intrusión. Ella lo dice muy bien, se trata de un apoyo para la escuela

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  17. La demanda de acompañante se hace no solo porque los profesores lo piden, se hace mayoritariamente por que los padres ganan demandas para que el Estado asigne este servicio o los mismos padres proveen de un acompañante para que apoye a su hijo no solo en el colegio sino en casa y pueda mejorar su desarrollo.

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    1. ES verdad, no es una pregunta aislada, el acompañante se ha estado usando oficialmente en el sector público, por ejemplo por tutelas de padres ya sea a eps o secretarías de educación, el asunto es que siempre hay la pelea de a quién le corresponde este tema, si es un asunto de salud o de educación, entendería que de ambos, pero en términos de costos todos parecen interesados en salvar su responsabilidad.

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  18. Buenas noches…
    Una pregunta, como se maneja o como es la dinámica de los foros?? quien se espera que comente, o como debe ser el perfil de la persona que interactua con su opinión en el foro?? Gracias

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  19. Buenas tardes, de antemano las felicito por este importante espacio, quiero dar mi opinión sobre el acompañante de aula, soy docente de profesión, durante 16 años ejercí como educadora en diferentes instituciones de Bogotá y con una amplia experiencia en estudios sobre educación inclusiva, tengo un hijo con discpacidad intelectual.
    Considero que el acompañante de aula es necesario solamente cuando el niño requiere apoyo en actividades de autoayuda, como comer solo, ir al baño o algunos asuntos de comportamiento que sean imposibles de manerjar con diversas actividades en el aula. Considero que el «asistente de aula» puede ser la figura que mejor se llame, que tenga otras funciones diferentes y exclusivas de apoyar a un solo niño, un asistente es quien colabora con la maestra de aula en muchos otros momentos y se convierte en un recurso y apoyo para la escuela en general, no solo para un niño en específico.

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    1. Gracias Monica, no crees que además de acciones de asistencia el acompañante de aula, no debería apoyar académicamente al niño o joven? Toma de registro y soporte?

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